martes, 23 de septiembre de 2008

"Northanger Abbey", de Jane Austen

Estoy volviendo a leer las novelas de Jane Austen, y he empezado por La Abadía de Northanger, que en mi opinión es la más flojita de las seis.
Por supuesto, está cargada de ironía, al igual que las demás, pero yo creo que le falta algo de ingenio o de sofisticación, probablemente porque la protagonista es tonta del bote. Es verdad que es la más joven de todas las heroínas de Austen, pero aún así, hay qué ver que boba y qué ingenua es. Supongo que con eso pretendía hacerla una damisela en apuros, pero a mí me agota la paciencia.

miércoles, 17 de septiembre de 2008

"The Forsyte Saga", de John Galsworthy

¡Por fin! Mil quinientas páginas con las vicisitudes y desavenencias de una familia de nuevos ricos de la Inglaterra de finales del XIX y principios del XX. Bodas, adulterios, divorcios, dos guerras con sus muertos... el final de la era Victoriana y el principio de la moderna, con el choque que tuvo que suponer entonces.
El personaje principal, Soames Forsyte, es a la vez el villano y una figura trágica, digna de lástima. No puede comprender que el que él sienta amor por una persona, no obliga a esa persona a corresponderle, y dado que identifica el amor con la posesión del objeto de su afecto, no puede sino acabar solo y abandonado.
Me ha gustado mucho la descripción de las costumbres de la época, los hombres con sus clubes londinenses, el vestirse para la cena, los sombreros de copa y los guantes de piel de cabritillo... en ese sentido recuerda un poquito a Edith Wharton, pero sin el final trágico imposible de evitar.

domingo, 7 de septiembre de 2008

"Pretties", de Scott Westerfeld

Continuación de "Uglies", pero la historia no avanza casi nada, parece una especie de preparación para poder seguir ganando pasta con el siguiente libro, "Specials", que la verdad, no creo que lea. Toda la serie es bastante flojita, y hay un millón de libros que me interesan más.

martes, 2 de septiembre de 2008

"The Child in Time", de Ian McEwan

He estado a punto de dejar este libro tres veces, no porque sea malo, todo lo contrario, sino porque es tan desolador que me estaba deprimiendo.
El protagonista es un hombre que ha perdido a su hija de tres años. Literalmente, la pierde en un supermercado, y dos años después sigue buscándola en las caras de todas las niñas que ve, totalmente obsesionado, y sumido en una tristeza absoluta.
Y como McEwan es un buen escritor, y no un Dan Brown de esos, describe con tanto detalle su tristeza y su incapacidad para seguir con su vida que acaba uno hundido en la miseria.
Ya me pasó con Expiación, que no pude terminar de la angustia que me daba lo que estaba leyendo. A ver si le doy otra oportunidad dentro de un tiempo, que dos seguidos de este tipo acabarían conmigo. Ahora toca algo ligerito.