domingo, 27 de julio de 2008

"Choque de Reyes", de George R. R. Martin

Segunda entrega de la serie de Canción de Hielo y Fuego, que estoy releyendo mientras no sale el 5º libro en septiembre.
El final de éste es de los de salir corriendo a comprar el siguiente (o a bajárselo de Internet); pero aún más que la trama, me gusta el desarrollo de los personajes. No son los típicos buenos buenísimos que parece que andan sin tocar el suelo, ni villanos malvadísimos que parece que disfrutan haciendo sufrir a la gente: los héroes tienen defectos, y los villanos, una vez que se conocen sus razones, no son tan malos. Me temo que a este paso, antes de llegar al último libro seré fan de los Lannister.
Ahora, un descansito para leer otras cosas, y a por Tormenta de espadas.

lunes, 7 de julio de 2008

"A Thousand Acres", de Jane Smiley

Una versión moderna de "El rey Lear", en el que un granjero autoritario y despótico decide regalar sus tierras a sus hijas, para que las cultiven sus maridos, claro (al viejo jamás se le ocurrió que sus hijas pudieran ser otra cosa en la vida que esposas de granjeros).
Sus yernos, claro, por fin pueden empezar a llevar los asuntos de la granja como les da la gana, cosa que a su suegro no le gusta nada, y empiezan los conflictos.
Pero en esta versión, a diferencia de la de Shakespeare, el viejo puñetero es odioso, y se merece todo lo que se le caiga encima.
Por supuesto, también hay un bufón, encarnado en el vecino y amigo de siempre del anciano, pero no dice la verdad, sino la versión distorsionada y retorcida del viejo, adaptada también a sus propias circunstancias para manipular las cosas a su favor.
Muy interesante, y además bien escrito.

viernes, 4 de julio de 2008

"The Lies of Locke Lamora", de Scott Lynch

Locke Lamora es un artista del engaño, un héroe a la altura de Miles Vorkosigan (en sentido figurado, aunque en sentido literal, por ahí andan...). Con más disfraces que el Santo (qué digo, con más disfraces que Mortadelo), sería capaz de venderle una nevera a un esquimal, para después robársela y venderla por piezas.
Me quedé leyendo anoche hasta las tantas, impaciente por llegar al final y ver cómo salía del atolladero el pequeño tramposo. Porque estaba claro que iba a salir, aunque roto, apaleado y por los pelos. Por su culpa, me caigo de sueño.
Ya he mirado en Internet, y este es el primer libro de una serie. Queda mucho por explotar: los desconocidos padres de Locke, la siempre ausente y muy nombrada Sabetha... Voy a bajármelos todos en cuanto pueda.