Qué historia tan terrible, y qué familia tan espantosa. Está claro lo espantoso que es tener un vago en casa, porque todos los gandules son unos egoístas (o no serían capaces de quedarse tumbados a la bartola mientras los demás trabajan). Pero encima, este vago en particular es un insensato que lleva a sus hijos al desastre.
La imagen de la carreta avanzando por el barro con el ataúd de la madre y seguido de una bandada de buitres es de las más vívidas que he encontrado jamás en un libro.
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